Revolutionary Road
Hace unos meses en este espacio hablé sobre la película 'Revolutionary Road'. Comenté que me había sorprendido y que me había gustado. Ahora he acabado de leer el libro y vuelvo a reafirmarme en mi opinión. La historia transcurre en los años 50 posteriores a la II Guerra Mundial. Frank y April Wheeler tienen la vida que nunca quisieron. De la felicidad absoluta a la más profunda desesperación y tristeza, ese podría ser el resúmen de su matrimonio, una pareja joven con dos hijos y una casa donde pasar las horas, unos trabajos que detestan y un amor que poco a poco parece que se va apagando. En medio de todo este caos deciden marcharse, cruzar el charco e ir a vivir a Europa donde podrán ser libres de toda atadura social y no tendrán que dar explicaciones a nadie de lo que desean hacer. En el fondo todo va muriendo. La casa por dentro se desgasta como lo va haciendo su matrimonio. Es un retrato no sólo de una pareja, sino de una sociedad donde los imperativo de lo que debían hacer era lo que estaba por encima de todo. Amor, desamor, infidelidad, rencor, familia, muerte...... todo se mezcla en un relato que no dejará indiferente a quien se acerqué a él. Aunque de lectura amena y entretenida, los interrogantes que deja no son banales. Debates que hoy más que nunca están en nuestras vidas del siglo XXI, en nuestra sociedad, de los que pocos se atreven a hablar o quizá todo lo contrario. Muestra como el sueño americano se desquebraja, pero no sólo el americano, enseña como cualquier sueño a raíz de un suceso inesperado puede morir como lo hace una persona, sin avisar y dejando en la desesperación a quienes no se van. Una novela triste, con un final más trágico de lo que se espera. Aún así contiene algún matiz de felicidad pero que se evapora al mismo ritmo que se van pasando las páginas del libro para acabar con desesperación, desolación y una negrura absoluta.
Y mientras estos sucesos inesperados ocurren hay una calle infinita llena de cines, de películas y de 50.000 millones de células nuevas.
ResponderEliminarhay que echarle esperanza, que la vida real no sea así
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