
Hay libros que parecen para niños pero no lo son. O mejor dicho, se pueden leer de niños pero es cuando eres adulto, cuando te das cuenta de la importancia de ese relato y vuelves a leerlo. 'El Principito' es un magnífico ejemplo de esto. Saint- Exupéry retrato en esta pequeña pero gran obra lo que puede ser la sociedad, la de su tiempo (1940) y la de ahora ya que la mayor parte de las veces parece que nada ha cambiado. El narrador es un aviador que se ha perdido en el desierto del Sahara, que de pequeño comprendió o mejor dicho, le enseñaron a preocuparse por cosas de mayores y dejar de pensar en lo que de verdad quería hacer. Cuando trata de reparar su avioneta se encuentra con El Principito, un niño de cabellos dorados que viene de un planeta algo lejano y así le cuenta mientras repara su artefacto para volar, su viaje hasta llegar a donde ha llegado. Le cuenta la historia con su rosa, la única entre millones, su historia con el zorro y con todos los tipos que conoce, únicos en su planeta: el hombre de negocios, el farero, el bebedor, el rey y el vanidoso. En realidad todo lo que nos encontramos son símbolos que nos hacen pensar en que existe algo más allá del simple objeto que podemos ver con nuestros ojos. La imaginación y el buen pensamiento pueden jugar un papel más importante que lo que vemos a simple vista.
Esta maravillosa obra de Exupupéry es una enseñanza moral por excelencia. Lo leo repetidamente y en ocasiones veo la película ya que la tengo en casa. s maravillosa. Gracias por el post. Un abrazo.
ResponderEliminarExupéry me corrijo
ResponderEliminar" La imaginación y el buen pensamiento pueden jugar un papel más importante que lo que vemos a simple vista."
ResponderEliminarEsperemos que así sea, sino vivir sería demasiado insoportable...
Saludos y un besazo!