lunes, 7 de diciembre de 2009

Julie&Julia. Cine en los fogones


‘Julie&Julia’ se deja saborear. Dirigida por Nora Ephron (‘El diario de Noa’) e interpretada por Meryl Streep y Amy Adams , la película basada en una historia real, se convierte en un subgénero culinario dentro del género romántico.
La cinta narra la historia de dos mujeres separadas tanto en tiempo como en el aspecto social. Mientras Julia (Meryl Streep) es la mujer de un diplomático norteamericano en los años 50 que va saltando de ciudad en ciudad sin un destino fijo para quedarse, mientras que Julie (Amy Adams) es una joven que trabaja en el departamento de ayuda psicológica que se creó tras los atentados del 11 de septiembre. Ambas comparten una afición: la cocina y ambas lucharan por conseguir su sueño, el de hacerse un hueco en los fogones y llegar a ser conocidas por ello. Cada una, lucha con sus armas, las que la época y la sociedad le permitan. Julia se apuntará a una escuela de chefs en París y será una tarea que no le resultará fácil realizar ya que tradicionalmente los más famosos cocineros han sido hombres. Julie, por su parte cocinará en su casa y escribirá en un blog todas aquellas recetas que ha realizado a semejanza de las de Julia. Poco a poco ambas van cumpliendo su sueño y forjando un destino para el que estaban hechas.
La película se nos muestra con altibajos. Los cambios de época a veces no resultan sencillos en la gran pantalla y es un aspecto que al espectador le cuesta cuando ha entrado de lleno en una de las dos historias. El argumento es plano, sin grandes sorpresas. Destaca la interpretación de Meryl Streep (como siempre) y la fotografía que nos muestra dos continentes totalmente diferentes: Europa y América. Con una duración que supera las dos horas me quedo con que ‘Julie&Julia’ quiere mostrar el trabajo y la constancia como virtud en la superación diaria de cada persona, en concreto de dos cocineras que con sus medios se las ingenian para dar un giro a su vida haciendo lo que desean. Mención aparte se merecen los suculentos platos que se nos ofrecen, es mejor verla después de comer con el estómago bien lleno.
En definitiva, es una comedia que se deja ver. Se pasa un rato sin tensiones y con la mente puesta en cual será el siguiente plato. Ideal para disfrutar el día de Navidad después de la copiosa comida.

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