miércoles, 26 de abril de 2017

MORIR EN PRIMAVERA

El primer Libro del Asteroide que ha llegado a  mis manos ha sido 'Morir en Primavera' de Ralf Rothmann, una lectura sobre el final de la Segunda Guerra Mundial que me ha encantado.

Portada de 'Morir en Primavera', de Ralf Rothmann

Ralf Rothmann nos relata la historia de Walter Urban, un chico de 17 años que trabaja en una vaquería al norte de Alemania que el Reich recluta cuando la Segunda Guerra Mundial está a punto de acabar. Walter y su amigo Friedrich sufrirán todo tipo de penurias, la caída del Reich y la crueldad de un ejército en plena desbandada.

'Morir en Primavera' nos relata de manera excepcional la caída de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, los últimos meses de una guerra cruel, sangrienta y terrible que asoló Europa y destrozó millones de familias. Todos tenemos la imagen de un ejército disciplinado y marcial, sin embargo, Rothmann nos muestra unas tropas que luchan por no morir ejecutados, luchan sin convicción, reclutados y sacados de sus casas a la fuerza y que dan rienda suelta a la lujuria y al vicio en retaguardia. 

Desde hace tiempo, disfruto mucho con las novelas que transcurren durante la Segunda Guerra Mundial, es una temática que me aterra y, a la vez, me atrae de manera irrefrenable. Es una época dura y cruel, pero muy interesante. Y Ralf Rothmann nos muestra otra cara de esta guerra, otro modo de entender los ejércitos y las normas militares. 

Nuestro protagonista es Walter Urban, un personaje inocente y asolado por la culpabilidad. Durante todo el relato da muestras de su humanidad y sus buenas intenciones, pero la guerra le obliga a sobrevivir, a luchar por sí mismo y esto le llevará a situaciones extremas, incluso en su relación con su amigo Friedrich. El autor nos muestra con una magnífica claridad como, en tiempos de guerra, los sentimientos de los personajes se enfrentan y luchan contra la supervivencia y la crueldad.

Debo confesar que 'Morir en Primavera' me ha cautivado y que devoré el libro en pocos días. Merece mucho la pena disfrutar de una lectura que nos muestra valores tan importantes como la amistad o la culpabilidad. 

Os recomiendo esta lectura. ¡Bravo, Ralf Rothmann!

miércoles, 12 de abril de 2017

CAMILLE

Volver a la novela negra siempre es un oasis al que regresar cuando me bloqueo y no sé qué libro escoger de la estantería. Como sabéis, Pierre Lemaitre es uno de mis autores favoritos del género así que (por fin) me he lanzado y he leído 'Camille', la novela que cierra su famosa tetralogía. Y tengo que reconocer una cosa: voy a echar mucho de menos al inspector Verhoeven. 

Portada de 'Camille'


Han pasado algunos años desde "el caso Irène", el que cambió su vida para siempre y del que nunca se ha recuperado, y es que el tiempo no todo lo cura. Pese a todo, Camille Verhoeven ha seguido trabajando y de alguna manera ha rehecho su vida sentimental, aunque nunca será lo mismo... 

¿O sí? 

Anne Forestier, la actual pareja de Verhoeven, se convierte en testigo de un brutal atraco en una céntrica joyería de París. Pese a emplearse a fondo con ella, los atracadores no llegan a acabar con su vida y Anne pasa a ser una pieza clave en el caso, tanto para la investigación como para el cabecilla del golpe, que la sigue buscando incluso en el hospital. Camille decide tomar las riendas de la investigación de manera extraoficial, las cosas han cambiado y no le van a dejar involucrarse en otro caso tan personal y que puede dañar su carrera para siempre. 


Pierre Lemaitre vuelve a dejar al lector con la "boca abierta" en las últimas páginas del libro. Y es que el francés es especialista en ir dando pistas, dejando puertas abiertas a cualquier posibilidad para, finalmente, rematar con un final brutal e inesperado. Un giro que trastoca todo el planteamiento anterior. 

En cuanto a la narración, las dos voces que utiliza (primera persona en el caso del atracador y tercera omnisciente para el resto de la narración) hacen más rico el relato, ya que en esta ocasión hay menos diálogos que en los anteriores libros. 

La brutalidad y la violencia siguen estando presentes en estas páginas, aunque en menor medida. Hay acción, pero menos, quizá porque nos está preparando para el fin de ciclo de un viejo policía que ha pasado por todo en la vida y que ya está cansando de perseguir a los malos y a sus propios fantasmas.


Echaré mucho de menos a Camille Verhoeven.