viernes, 16 de febrero de 2018

LAS CATEDRALES DEL CIELO

Michel Moutot llega con 'Las Catedrales del Cielo', un libro que se mueve entre la realidad y la ficción para contarnos la historia de los constructores de los grandes rascacielos de Nueva York.

Portada de 'Las Catedrales del Cielo', de Michel Moutot

Nueva York, 11 de septiembre de 2001. John LaLiberté, un indio mohawk y trabajador del acero como sus antepasados, acaba de presenciar el derrumbe de las Torres Gemelas y, soplete en mano, penetra como voluntario en ese infierno de la Zona Cero cortando las vigas en búsqueda de supervivientes. La historia de su familia está ligada a la silueta urbana de Nueva York. Su propio padre participó en la construcción de esas mismas Torres.

Nueva York, 1968. Jack LaLiberté participa en la construcción de las llamadas Torres Gemelas. Esta obra colosal ha creado una gran expectación y se convertirá en los rascacielos más altos del mundo hasta entonces. Durante unos días lo acompaña por la ciudad su hijo John, quien años más tarde seguirá los pasos de su padre como ironworker igual que Jack siguió los del suyo y abandonó la reserva para aprender el oficio que ha unido las últimas generaciones de indios mohawks.

Kahnawake (Canadá), 1886. Un grupo de adolescentes de la tribu de los mohawks, entre ellos Manish, aprende el oficio de montadores y remachadores de estructuras metálicas. Los aprendices se inician en una obra ferroviaria que pretende unir Canadá y Estados Unidos mediante un puente sobre el río San Lorenzo. Pronto comienza a correr la leyenda de que los hombres de esa tribu no conocen el vértigo y que por eso son capaces de trabajar donde otros no se atreverían ni a subirse. Manish LaLiberté encabeza una saga de trabajadores del acero que transformará el corazón de Nueva York: desde las primeras construcciones del siglo XX hasta las Torres Gemelas y la posterior construcción de la Torre de la Libertad.

Michel Moutot nos regala una lectura vertiginosa e interesante sobre los mohawks, el pueblo indio que consiguió aprender un oficio peligroso y que se convirtieron en indispensables en las grandes construcciones de todo el mundo. Debo decir que he disfrutado mucho de este libro. Por un lado, buena parte del relato transcurre en Nueva York, mi ciudad favorita, y, por otro, la temática me ha sorprendido gratamente ya que narra una historia diferente a las que estamos acostumbrados. El autor consigue un relato ágil y fácil de leer, con capítulos relativamente cortos que te hacen devorar la lectura en pocos días.

'Las Catedrales del Cielo' es una lectura emotiva. El relato sobre el atentado de las Torres Gemelas y los días posteriores, en los que la ciudad de Nueva York se volcó en la ayuda y la búsqueda de supervivientes, impresiona mucho. Debieron ser momentos terribles y muy complicados para todos los ciudadanos. A la vez, nos da muestras de la bajeza humana, de personas que aprovechan una desgracia para lucrarse o cometer delitos, de cómo puede tratarse a los fallecidos de una forma u otra (muertos de primera y de segunda). Nos enseña cómo afectan el honor y las tradiciones en las distintas épocas en las que discurre la narración. 

Y es, en ese momento de la caída de las Torres, cuando comienza la historia de Moutot sobre los ironworkers, los obreros del hierro que rozan el cielo en cada construcción. Me ha parecido muy interesante e instructivo todo el relato sobre estos trabajadores mohawk que se juegan la vida cada día y que aprendieron un oficio complicado y muy arriesgado a cambio de no morir apartados y olvidados. Al final del libro, Michel Moutot nos cuenta que el New York Times Magazine realizó un reportaje fotográfico para mostrar al mundo cómo trabajan y cómo es su vida. He investigado y he podido encontrar dicho reportaje: Ironworkers of the Sky.

'Ironworker'. Damon Winter, The New York Times.

He disfrutado mucho de este libro, un homenaje a esa raza de hombres que construyeron los grandes edificios del mundo occidental. Una grata sorpresa en este inicio de año literario. 

viernes, 9 de febrero de 2018

EVA

Arturo Pérez-Reverte nos presenta 'Eva', la segunda entrega de la serie dedicada al espía nacional Lorenzo Falcó. Y no defrauda, en absoluto. Nos regala una novela tan trepidante que ya en su comienzo disfrutamos, al más puro estilo James Bond, de un asesinato, una persecución y la sensación de peligro en cada rincón. 

Portada de 'Eva', de Arturo Pérez-Reverte

En esta ocasión, Falcó se enfrenta ante una nueva misión en esa España dividida por la Guerra Civil: debe viajar a Tánger para atrapar un barco republicano que transporta oro hacia Moscú y que ha conseguido salvar el bloqueo de la flota nacional en varias ocasiones. Y, para ello, deberá utilizar sus mejores armas: su encanto, sus dotes de persuasión y su brutalidad. Pero, no le resultará fácil, sobre todo, porque aparecerá un fantasma del pasado en forma de mujer: Eva Neretva. 

Poco más se puede contar sin desvelar ningún detalle más de la trama de 'Eva'. Como decía al principio, es una novela trepidante y brutal, uno de esos libros que te atrapan en la primera página y no permite descanso hasta el final. Pérez-Reverte consigue transportarnos de manera magnífica al Tánger de los años 30, donde habitan y, más o menos, se respetan "nacionales" y "republicanos", nos hace sentir esa mezcla de culturas en cada lugar por transcurre la acción, detallando cada rincón con sumo cuidado.  

Como ya conté en la reseña de 'Falcó', nuestro protagonista es un hombre descarado y salvaje, un mercenario al servicio del bando nacional que lo utiliza para el trabajo más sucio. Pero, el autor nos muestra otra cara de este personaje, la de un hombre atormentado por su propia soledad, por su lejanía de una familia a la que no tiene ningún apego. Se trata de una persona adicta a la adrenalina propia de una profesión peligrosa, donde cada minuto puede ser el último. Durante todo el relato, el lector tiene momentos donde no soporta a Falcó, su arrogancia y chulería hacen muy difícil sentirse atraído por él, para pasar a otros momentos donde da verdadera lástima. 

Por otro lado, en este libro nos encontramos con otros personajes de gran calado. Eva Neretva vuelve a aparecer con la misma fuerza con que lo hizo en el primer libro de la saga, una mujer imponente en un mundo de hombres, sin escrúpulos y entrenada para luchar y matar. Pero, más allá de Eva y Falcó, Pérez-Reverte nos sorprende con dos personajes que me han encantado por su integridad y su compañerismo: los capitanes de los barcos republicano y nacional enfrentados. 

Creo que queda claro que el libro me ha encantado y que, como ya he dicho en alguna otra ocasión, siento debilidad por la obra de Arturo Pérez-Reverte. Nunca pierdo la oportunidad de leer alguna de sus novelas que entretienen y, a la vez, muestran lugares y situaciones muy interesantes. Y disfruto mucho.

domingo, 4 de febrero de 2018

AMERICANAH

Cada vez estoy más convencida de que 2018 va a ser el año de las mujeres y creo que autoras como Chimamanda Ngozi Adichie se van a convertir en referentes, no solo de la cultura, sino de la sociedad en general. Desde 2017 tenía pendiente 'Americanah', una novela que se ha reeditado recientemente y ha sido la segunda novela que he leído en enero. Miedo me da dejar el listón tan alto tan pronto.

Portada 'Americanah', reedición 2017


'Americanah' es la historia de Ifemelu y Obinze, dos jóvenes nigerianos cargados de sueños e ilusiones que tendrán que separarse en busca de un futuro mejor. Ifemelu es una chica decidida que no dudará en jugarse la vida con un nombre y un pasaporte falso si así consigue "el gran sueño americano".  Obinze tendrá que aguantar un poco más en Nigeria mientras espera que a él también le concedan ese permiso para viajar y reencontrarse con su amor. La burocracia no se pone de su parte y tendrá que conformarse con Londres, una ciudad que no le recibe con los brazos abiertos. A través de los recuerdos de infancia y juventud de Ifemelu, iremos conociendo una historia de vida y amor truncada.

Ifemelu es la protagonista que cualquier escritor desearía encontrar: es una mujer fuerte, valiente, decidida, asustada pero dispuesta a todo para avanzar. Durante la narración vemos como crece, como descubre el sexo sin avergonzarse (hay que tener en cuenta el contexto social y cultural), como llega a lo más bajo y también a lo más alto haciendo lo que realmente quiere y siempre con una dignidad y la cabeza alta.

"Se moría de ganas de que él también viera Manhattan. Se imaginaba a los dos caminando cogidos de la mano, como las parejas estadounidenses que veía, entreteniéndose ante un escaparate, parando a leer los menús pegados a las puertas de los restaurantes, deteniéndose ante un puesto de comida para comprar botellas de té helado."

'Americanah' es una historia de evolución, de raza y de clases sociales. 'Americanah' es una novela que abarca casi tres décadas y la desigualdad es el denominador común de todas ellas. 

"En Estados Unidos no tienes posibilidad de decidir a qué raza perteneces. Se decide por ti. Barack Obama, con su aspecto, habría tenido que sentarse en la parte de atrás del autobús hace cincuenta años."

Este libro tiene más de seiscientas páginas, yo tengo muy poco tiempo y en apenas dos semanas he disfrutado de una novela inmensa que habla de amor, de sexo, de sueños, de esperanza y de libertad. Pero sobre todo habla de racismo, de feminismo y de la hipocresía de gran parte de la sociedad norteamericana, que tan pronto ensalza a Barack Obama como lo hace con Donald Trump, dos  extremos radicalmente opuestos.

He leído que los libros de Chimamanda se han convertido en lectura obligatoria de colegios en algunos países africanos y europeos. Ojalá sirva de ejemplo y ojalá sus novelas, cuentos y ensayos sirvan para ir poniendo los cimientos de una sociedad más igualitaria.