viernes, 21 de febrero de 2020

TODOS QUIEREN SER DAISY JONES


¿Habéis soñado alguna vez con ser estrellas del rock? Confieso que de pequeña fantaseaba con la idea de ser cantante, de abarrotar estadios, de ser la protagonista de interminables firmas de discos y de portadas de revista. Por suerte o por desgracia nada de esto pudo ser y me conformo con ir a conciertos y leer novelas como ‘Todos quieren ser Daisy Jones’, de Taylor Jenkins Reid y editada por (la maravillosa) Blackie Books.


Portada 'Todos quieren ser Daisy Jones'

Años 70. Estados Unidos. Daisy Jones lo tiene todo para triunfar: una voz vibrante y desgarradora, un talento innato, una luz especial y una personalidad única. Podría ser la perfecta novia de América si no estuviera tan enganchada a la bebida y a las pastillas. Daisy Jones es pura dinamita y Rock&Roll, es efervescencia y locura, es magnética e increíble y cuando se junta con el grupo The Six, el mundo implosiona y juntos arrasan con todo. 

‘Todos quieren ser Daisy Jones’ es una novela que habla de música, de relaciones (de pareja y familiares) y de las consecuencias que tienen los malos hábitos. 
Taylor Jenkins ha creado una atmósfera de personajes, en la que no hay descripciones más allá de las que los protagonistas hacen. Todos hablan en primera persona de su vida y de su experiencia en aquellos locos años y lo hacen como si estuvieran participando en una película documental, como si estuvieran mirando fijamente a una cámara y confesaran sus excesos y sus anhelos ante miles de espectadores.

Los que me conocen sabrán que no puedo salir de casa sin mi iPod (aunque suene viejuno, es un complemento básico en mi bolso) y que si no tengo entradas de conciertos cerca, puedo comenzar a ponerme nerviosa. Y lo mismo me pasa con los libros. Además de que esta novela junta dos de mis pasiones, tengo más motivos para afirmar que ‘Todos quieren ser Daisy Jones’ me ha parecido un librazo:


1. Por la libertad desde la que hablan todos los protagonistas. Especialmente ellas. Por el respeto y la sorodidad.

2.  Porque está maravillosamente bien escrito. 

3. Y por párrafos como éste: 
Algo me dice que los hombres no hacen eso. Cuando están allí de pie amenazando a una mujer, dudo que hagan un recuento de todos los pasos equivocados que han dado para convertirse en el gilipollas que son. Pero deberían》.

Valoración GoodReads: ⭐⭐


viernes, 7 de febrero de 2020

ORGULLO Y PREJUICIO

Querido señor Bennet, 

Sirva esta carta como agradecimiento por haberme alojado en su hogar durante una semana y conocer a su estupenda, singular y divertida familia. Estos días lo he pasado muy bien gracias a sus ocurrencias, sus bailes, sus paseos y sus visitas. ¡A mí también me encantaría tener esas ocupaciones a diario!

Me ha agradado mucho poder instalarme en su casa de Netherfield y estudiar la singular personalidad de sus cinco hijas y su esposa, la señora Bennet. Jane, Elizabeth, Mary, Catherine y Lydia son unas muchachas estupendas, sobre todo Lizzy, la más cabal de todas. Se nota además que es una muchacha lista, leída y que no se deja engatusar facilmente por esos hombres con casaca y sin galones que han estado pululando por su casa. Estuvo a punto de caer, pero eso nos ha pasado a todas alguna vez. Más vale una rectificación a tiempo que una mala vida para la posteridad. A la pobre Jane casi le arruinan la vida por las malas lenguas (¡qué mala y envidiosa que es la gente!) y qué le voy a contar de Catherine y Lydia que usted ya no sepa. En fin, son jóvenes y alocadas y con esa edad que te lleven a un baile y te hagan promesas, impresiona mucho. Durante mi estancia en su casa, me he dado cuenta de que las dos mayores distan mucho de las dos pequeñas. Al menos Mary sirve de escalón entre unas y otras. Pobre Mary, es complicado ser un verso suelto en una sociedad como la suya. 

Fotograma de 'Orgullo y Prejuicio' (2005)

Pero igual que le digo una cosa, le digo otra: no me gusta el señor Collins. Ser insistente no es lo mismo que ser persistente, y eso se lo puede decir usted a su familiar de mi parte. No me gustó ni su forma de mirar, ni su forma de actuar, ni sus ademanes. Lizzy le vio venir a kilómetros de distancia. Chica lista. 

Y hablando de Lizzy... ¡Qué buenas migas ha hecho finalmente con el señor Darcy! La verdad es que él es de carácter difícil y al principio, no pintaba bien la cosa, pero en realidad es que están hechos el uno para el otro. Se entienden bien y creo que con el tiempo formarán una estupenda pareja. Como en todas las relaciones -bien lo sabrá usted y su esposa- al principio cuesta un poco encajar con la otra persona, pero se entenderán bien. Es una gran suerte de el señor Darcy y el señor Bingley sean amigos, así las hermanas también estarán contentas y se verán a menudo. Es una gran suerte. 

Al final, mi muy querido señor Bennet, todo se va poniendo en su sitio. Cuando llegué a su acogedora casa, le preocupaba su maltrecha economía y mire por donde, todo se ha arreglado. Espero que su esposa esté más tranquila y que Mary por fin pueda aporrear el piano como sólo ella sabe hacerlo. Algún día perdonará a Lydia y Catherine también se asentará y encontrará su destino, todo es cuestión de tiempo. 

No me queda mucho más que añadir, señor Bennet. Dé recuerdos a su familia y sepa que en mi corazón siempre tendrán su hueco. Le agradezco su cortesía y haberme presentado a la señorita Jane Austen. Hacen falta más mujeres así, sin ella (y muchas como ella) nuestra vida no sería lo mismo. 

Eternamente agradecida. 

M. 

Valoración GoodReads: ⭐⭐⭐⭐⭐