miércoles, 27 de enero de 2021

EL COLIBRÍ

Según la RAE, el colibrí es un ave americana de la familia de los troquílidos, algunas de cuyas especies son extremadamente pequeñas, capaz de mantenerse suspendida en el aire mientras vuela para libar el néctar de las flores, y de plumaje colorido y brillante.

Esta definición, sobre todo lo de brillante, encaja muy bien con Marco Carrera, protagonista de la novela de la que vengo a hablar hoy (de ahí el título del libro)


‘El colibri’ (Sandro Veronesi) cuenta las peripecias de Marco, un oftalmólogo residente en Roma que ha consagrado su vida para lograr la felicidad y el bienestar de sus seres más queridos. A través de cartas, conversaciones con el terapeuta de su exmujer y recuerdos, conocemos a este hombre, un héroe de lo cotidiano que nunca ha tenido lo que realmente ha merecido. Marco cuenta lo que piensa, habla de su sufrimiento, de su goce, de lo que le hizo feliz y de sus episodios más tristes y oscuros.

En esta novela hay tristeza, amor, alegría, muerte, optimismo y luz. Mucha luz. Lejos de ser un libre triste de recuerdos, las memorias de Marco Carrera desprenden esperanza, siempre hay un día siguiente, incluso en el peor de los casos, en el desamor y en la peor de las muertes. Pero para Marco, la vida siempre sigue, siempre hay un día siguiente y algo a lo que aferrarse. La vida son continuos cambios y lo importante es que nosotros nos sepamos mantener suspendidos en el aire como los colibríes, como hace el bueno de Marco.

‘El colibrí’ es un libro que engloba muchos géneros y cambia de punto de vista en cada capítulo. A veces hay diálogos, a veces cartas y otras veces los recuerdos y la nostalgia invaden la narración. Se podría decir que es una novela anárquica en cuanto estilo, pero increíblemente coherente. Como en (casi) todas las novelas hay amor y tragedia, pasan muchas cosas (imaginad una vida entera) y ninguna sobra. A veces es fábula y a veces hay epístolas que dejan con ganas de conocer respuestas.

El autor además juega con el tiempo y el espacio y con sorpresa final, llegando a un futuro ya no muy lejano que hace pensar e invita a reflexionar y profundizar al lector sobre este texto, tan brillante como tierno, como el mismo colibrí. 

Valoración GoodReads: ⭐⭐

lunes, 11 de enero de 2021

LA EDAD DE LA INOCENCIA

Querido Newland Archer,

Estamos en 2021 y me gustaría decirte que ahora no habría habido ningún tipo de impedimento para formalizar vuestro amor. Con el paso de los años hemos aprendido que ni el dinero ni la edad deberían importar para unir o separar a las parejas que se aman. Y vosotros os amabais.

Fotograma de la película 'La edad de la inocencia', de Martin Scorsese

Quizá te precipitaste al comprometerte con la joven May Welland. Seguro que cuando la viste por primera vez pensaste, con razón, en que era la mujer más hermosa del mundo y que tendríais hijos, algún perro y seríais una pareja feliz para toda la vida. Todavía recordarás el día en el que formalizaste tu compromiso, pensando en que vuestros fastos en la ciudad de Nueva York se recordarían siempre. Ay, querido. Eras muy ingenuo porque no pensaste que la belleza y el ímpetu de la Condesa te arrebatarían el corazón hasta el día de tu muerte. Y es que nunca la olvidaste, nunca pudiste hacerlo. 

Bien sabes que la Condesa Ellen Olenska era una mujer que permanecía al margen de todo tipo de convicciones sociales. Tuvo que dejar Europa y abandonar a su primer marido, un hombre cruel que cometió infidelidades y algún abuso. Fue valiente y dejó atrás comodidades para instalarse en Nueva York con su familia paterna. Para la gente de tu sociedad, de tu círculo más íntimo, la culpable del fracaso era ella. Bueno, es que las culpables siempre somos nosotras. Menuda panda de hipócritas y de chismosos.  A ti todo te pilló por sorpresa y su espíritu libre y fuera de toda norma establecida, te hipnotizó. Ellen luchó contra su propio tiempo, contra su familia y contra sí misma. Se puso una armadura y se convirtió en una auténtica amazona. Qué suerte que la pudiste conocer, que suerte que tuviste su atención. 

Pero lo que es justo, es justo y tengo que decirte que fuiste el único que de verdad la quiso ayudar... porque la querías. La querías tanto que a punto estuviste de dejar a tu esposa para macharte con ella a Europa. A punto estuviste de arruinar tu vida, aunque ¿acaso no la arruinaste? No sé, eso sí que deberías preguntártelo a ti mismo. Yo lo único que sé es que renunciasteis a la felicidad a favor de tener una vida tranquila y alejada de murmullos e insinuaciones. Al menos pudiste verla una última vez y estoy segura de que esa imagen te acompañó hasta el final de tus días. 

La autora Edith Wharton

Querido Archer, ha sido un placer acompañaros a lo largo de estas páginas, de esta novela creada por la genial Edith Wharton. Espero que os hayáis podido reencontrar y que ahora sí, seáis muy felices. 

M.

Valoración GoodReads: ⭐⭐


lunes, 4 de enero de 2021

Año nuevo

Mientras las lentejas están haciendo chup-chup, pienso que no tengo ningún propósito de año nuevo. Y casi que mejor. Si algo nos ha enseñado el maldito 2020 es que hay que vivir el día a día, con precaución, pero hay que disfrutar por el camino. 

Es la primera vez en años que no tengo viajes a la vista y los conciertos también brillan por su ausencia, así que mientras todo mejora, nos tenemos que cuidar. Dickens, Steinbeck, Tolstói, Warthon, Woolf o las Brontë, me harán compañía las próximas semanas. De momento, el 2021 lo empiezo con 'El colibrí' (Sandro Veronesi), una de las novelas revelación de estas navidades y que el bueno de Santa tuvo a bien dejarme bajo el árbol el 24 de diciembre. 


Este es el año de Carmen Laforet. Dentro de unos meses se conmemorará el centenario de su nacimiento, así que dentro de poco volveré a leer 'Nada', uno de mis libros favoritos y que siempre regalo y recomiendo. También me gustaría releer a Gabo y sus 'Cien años de soledad' y regresar a Lorca también me parece un buen plan. 

Además de lecturas, este año sigo escribiendo. Nada en concreto, nada especial, pero gracias al taller de escritura creativa que estoy cursando, algo va saliendo. Lo mejor de todo es que he conseguido romper el cascarón y poco a poco va saliendo lo que tengo dentro. Eso no significa que sea bueno ni que sea malo, tan sólo me estoy animando con algo que tenía ganas y me siento bastante valiente por ello, la verdad. 

Estas navidades nuestro plan ha sido pasear por Madrid. También hemos visto nuestras películas imprescindibles para estas fechas ('Bridget Jones', 'Love Actually' o 'Solo en casa') y hemos escuchado música (Michael Bublé ha sonado mucho en casa). 

En 2021 no puedo prometer pasarme más por aquí, pero sí que lo voy a intentar porque no me gusta dejar mi casa desatendida. Me gustaría hablaros de 'La edad de la inocencia', la novela más conocida de Edith Warthon y que me ha tenido absorta en los últimos días. ¡Lo que me va el salseo!

En cuanto deje de escribir me iré a empaquetar regalos y más tarde cenaremos restos de pizza viendo 'The Mandalorian'. Reconozco que a mí el universo Star Wars ni fu ni fa, pero estoy muy enamorada del pequeño Grogu. También es cierto que con los años los gustos van cambiado y lo mismo me convierto en una fiel seguidora de a saga. A estas alturas cualquier cosa es posible. 

Dicen que la nieve llegará a Madrid entre el jueves y el viernes de esta semana. Y creo que es un buen preludio porque "año de nieves, año de bienes". A ver si es verdad. 

Nos vemos pronto. ¡Feliz 2021!